Confeccionista de alegrí­as

Hay una niña vecina que suele llegar a mi casa y preguntar si está la señora que «alegra» la ropa. Mi madre es modista, y yo le digo que sí­ a esta niña con una sonrisa cada vez que sucede lo que cuento. No es pertinente corregirla. Antes que pensar en que la niña se equivoca, y que está en ese proceso por el que pasamos todos, y en el que algunos nos quedamos por siempre, de aprender a juntar unas sí­labas con otras para intentar dar forma verbal a lo que pensamos y sentimos, me paso al bando de ella.

Esta niña ha traí­do a mí­ una figura que me llena de regocijo y de orgullo: mi madre se ha dedicado unos 30 años de su vida a alegrar el atuendo de muchas personas, incluido quien aquí­ escribe.

Armada de hilos, agujas, botones y su habilidad acumulada, Doña Eunice, mi madre, ha sabido interpretar los gustos de tantas y tantas señoras, niños, niñas y señores también, que dejan un fútil rastro hecho de números en las hojas de su cuaderno de medidas. Ese cuaderno, en este escenario, viene siendo el registro de fórmulas matemáticas para confeccionar la alegrí­a de muchos.

Alegrí­a con vida útil. Hecha a medida, cortada al molde, al gusto del cliente.

Es que quién no se ha sentido bien por el sólo hecho de vestir una prenda que cree muy personal, muy del gusto propio¿? Aun si somos de la idea de que la apariencia no importa, en algún momento de esta nuestra vida hemos de haber tenido un vestido favorito, una camisa de la suerte o un pantalón preferido por comodidad. A eso me refiero.

A diario busco rendirle homenaje a Doña Eunice, mi madre, entregándole mi confianza, el testimonio de mi orgullo por ser su hijo. Hoy, como asunto azaroso, la repetición de la escena con la niña vecina, ha traí­do a mí­ un aire de motivación rotunda por ser descendiente de una confeccionista de alegrí­as.

Gracias madre.

Alberto Montt

Desde su infancia en Ecuador, el chileno Alberto Montt, responsable de Dosis Diarias, uno de los blogs de humor gráfico más importantes de iberoamérica, ha estado pegado al lápiz y ha hecho de él su arma principal para la batalla cotidiana.

En su camino ha recibido reconocimientos como el Tercer Premio en el Primer Concurso Nacional de Ilustración Infantil en Ecuador, donde adelantó estudios en Artes Plásticas y Diseño Gráfico, que lo llevarí­an luego a conformar el Colectivo Siete Rayas, acompañado por otros seis artistas.

Junto a la comunicadora austral Claudia Vega publicó en su paí­s el libro Para ver y no creer, y recientemente ha dado al mundo las obras Parafilias y Recetas al pie de la letra, donde expone su talento para la ilustración, así­ como lo ha hecho en publicaciones periódicas como El Mercurio, y varias revistas como Capital, Qué pasa, Fibra, Blank y El Malpensante.

En la actualidad su tiempo se divide entre proyectos propios como Dosis Diarias, del que ya publicó dos selecciones en papel, y la atención de clientes externos a los que ofrece su ya reconocido sello estético.

Hoy, desde Chile, Alberto Montt hace una pausa en sus trazos y comparte algunas de las visiones del mundo en el que vive.

¿Desde cuándo dibujás?

Desde pequeño mi viejo me llevaba revistas para que me divirtiera dibujando. Viví­amos en el campo, así­ que de televisión nada. Desde entonces dibujo.

¿Siempre estuviste convencido de que ibas a vivir de la ilustración?

No, en realidad nunca me imaginé que se podí­a hacer. Yo estudié diseño gráfico y se me hací­a más fácil resolver los pedidos con dibujos.  Ahí­ pensé que era una posibilidad. Dibujar siempre fue una parte de mi vida.

¿Cuál fue el aporte de la academia a la pasión que tení­as desde niño?

Me es difí­cil distinguir entre esos aportes y los que me dieron, por ejemplo, leer Quino hasta el hartazgo, o divertirme copiando Condorito. Yo creo que hay un aporte, pero me es muy difí­cil señalarlo con claridad.

¿Cómo ser independiente sin vivir «in-the-pendiente«?

Es complicado. Pero si te pones a pensar, en el área de la gráfica, uno siempre está colgando de un hilo, aún cuando trabajes para una agencia, las cosas no son seguras.

Desde esa perspectiva, ser independiente es una opción válida. Además, con lo que te explotan en una agencia, puedes invertir ese tiempo en generar proyectos que a la larga pueden llegar a ser más rentables o más satisfactorios.

¿Cómo es tu relación con los clientes? ¿Preferí­s tus proyectos?

Depende. En un principio uno tiene que agarrar lo que salga, no es un mercado fácil. Ahora ya puedo regodearme y decir que no a lo que no me interesa y punto. Entonces los proyectos, en general, resultan motivantes, pero siempre habrán cosas que a uno le causen dolores de cabeza y desgano.

¿Qué papel ha desempeñado la Internet en tu proceso?

Básico. Desde varios puntos de vista. Primero, el hecho de tener tanta información disponible es una locura. Soy de los que no tení­an la web desde niños, así­ que sé lo que es buscar información sin ella. Por otro lado, es una plataforma o mejor dicho vitrina, increí­ble. Sin fronteras la cosa cambia, no sólo por el hecho de poder mostrarse, sino porque al tener un espacio, sirve también como motivadora.

¿De dónde nace la inclinación por el bien y el mal como tema recurrente?

Desde pequeño me preguntaba ¿por qué para algunos algo puede estar bien siendo que para otros está tan mal? Desde entonces me choca mucho la concepción de que el bien y el mal son nociones inmóviles o parte de un orden superior, cuando para mí­ son puramente socio-culturales. Entonces las Dosis Diarias me sirven para jugar con esa visión. En general, las dosis juegan con eso, la dualidad y las percepciones… digo, dentro de lo idiotas que son las viñetas esas.

¿Cuáles son los materiales que usás regularmente en tu trabajo?

Dibujo a tinta y luego coloreo todo digitalmente. Es que no podrí­a hacerlo de otra forma. Los tiempos con los que debo trabajar no me harí­an posible agarrar pinceles, acrí­licos y tintas, que son los materiales con los que originalmente ilustro.

¿Cuáles son tus principales referentes?

Son miles, y es que van desde la gráfica hasta la comida… Quino es dios, Larson también. Pero están Dick Brown, Uderzo, Les Luthiers, George Carlin, Liniers, Fontanarrosa, Pepo…. puedo seguir por horas. Pienso que uno vomita lo que consume, y uno esta constantemente consumiendo.

Te gusta llevar la contraria ¿Sos una oveja Negra?

No. Me gustarí­a, pero creo que no doy la talla.

Visitar Dosis Diarias